Con el rostro y las manos ensangrentadas y raspones en rodillas y codos terminó el señor J. Luz Aldana Campos, de 74 años, quien el sábado por la tarde tropezó con una vialeta de la ciclovía de la calle Gigantes en su cruce con la calle 36, cuando cruzaba para sentarse en una banquita. Don J. Luz fue asistido por vecinos de automovilistas que pasaban por el lugar.
“¿Y en dónde se tropezó? ¿En esas cosas que están ahí?”
Speaker1: La hija del anciano solo pide a los responsables de instalar estas vialetas en las ciclovías de la ciudad mejor señalética y mayor visibilidad de estos artefactos. (Por José Luis Jiménez Castro)