La fuerte tormenta vespertina de ayer terminó por derribar a unos de los árboles más vetustos de Guadalajara.
Se trata del longevo laurel de la India del Jardín del barrio de San Andrés al oriente de la ciudad, con más de 100 años de vida y cuya presencia formaba parte de la historia de este lugar.
El árbol, aún frondoso, ya había sufrido daños cuando vándalos le prendieron fuego y aunque vecinos lo reportaron al Ayuntamiento de Guadalajara no fue saneado.
Ayer durante la tormenta, el vetusto árbol del barrio de San Andrés se vino abajo, causando lesiones mínimas a una comerciante, pero daños irreversibles a la historia de este barrio que por cubrió con su sombra a decenas de generaciones por más de 100 años. (Por José Luis Jiménez Castro)