Tras haber cumplido un sanción de 12 juegos que le impuso la Comisión disciplinaria del futbol mexicano por haber propinado un rodillazo al jugador de León, Lucas Romero, en el partido de la fecha 13 del Torneo anterior ante el América, este viernes regresa a la actividad el árbitro Fernando Hernández con el objetivo de revertir la mala imagen que este incidente le dejó, indica el propio silbante, quien pensó que su carrera se había terminado.
“Lo primero que pensé fue ‘mi carrera se acabó’, la carrera de Fernando Hernández está acabada, está acabado el sueño de ir a un Mundial, de otras aspiraciones profesionales, pero la parte más importante es que estaba dejando a mis hijos, a mi familia, sin la oportunidad de algo que siempre he querido y soñado para ellos que es un patrimonio, es una estabilidad, darles servicios de salud que hoy en día es de lo que más carecemos en México; tomé las cosas como deben ser, con una realidad y si estaba escrito que Fernando Hernández acabara su carrera, así tenía qué ser”.
“Fue un parteaguas, es un acto sin precedentes del cual no me siento orgulloso, después de analizar la situación el compromiso de Fernando Hernández con el futbol mexicano es muy grande pero lo más importante es conmigo mismo, es revertir esta situación y como lo voy a hacer, primeramente trabajando conmigo mismo que todo eso que sucedió y todo lo que se me ha criticado como árbitro ya no tiene que volver a suceder, entonces se que tengo la capacidad para revertir esta situación y tengo que dar la mejor versión de Fernando de aquí en adelante”.
Fernando Hernández fue designado para dirigir el partido entre Bravos de Juárez y Chivas del Guadalajara de este viernes de la fecha 4 al reanudarse el Torneo local.
(Por Manuel Trujillo Soriano)