Fue esclarecido el misterio de la montaña de zapatos abandonados en la calle Francisco Sarabia, en la colonia Blanco y Cuellar del municipio de Guadalajara.
El responsable es un negocio de venta de saldos de nombre Giro, ubicado en la calle Medrano a cuatro kilómetros de distancia.
Resulta que el establecimiento fue clausurado por inspectores del ayuntamiento de Guadalajara por incumplir varios puntos de la licencia municipal, entre ellos el carecer de un contrato vigente de recolección de residuos sólidos, y ahí fueron a tirar zapatos en malas condiciones.
A raíz de lo ocurrido con los cientos de zapatos abandonados en la calle el ayuntamiento clausurará totalmente el negocio y revocará la licencia municipal. (Por José Luis Escamilla)