Durante Semana Santa, Acapulco registró al menos 21 asesinatos, incluidos cinco taxistas, en una ola de violencia que no cesó.
Los ataques comenzaron el miércoles tras protestas del gremio de taxistas por mayor seguridad.
También fue asesinada una vendedora de comida mientras que la violencia provocó la suspensión del transporte público y dejó cuerpos abandonados en distintas colonias del puerto.
