El ocultamiento de ocho mil feminicidios en las dos pasadas administraciones federales, responde a un interés político por maquillar el fenómeno de violencia contra las mujeres, sentencia el defensor de derechos humanos, Pablo Navarrete.
“Pues de que tuviera un impacto estadístico y por lo tanto mediático para que pudieran presentarse cifras alegres, pues de que el feminicidio ha disminuido, lo cual es un atentado de las causas de las mujeres que a diario siguen enfrentando muchas dificultades para acceder a la justicia”.
El también exdirector del Instituto Nacional de las Mujeres, pide que salga de la política el manejo estadístico de los feminicidios.
Ocultar los casos, no solo deja fuera del apoyo institucional a los huérfanos o víctimas indirectas, tampoco les hace justicia, porque la penalidad para un homicidio es menor al de un feminicidio. (Por Gricelda Torres Zambrano)