La parálisis cerebral de Pío que se registró al parecer como consecuencia del maltrato gestal de que fue víctima, no representó ningún problema para que la familia de José, Margarita y sus cuatro hijos biológicos lucharan por su adopción.
“Para empezar yo quiero decir que Pío ha transformado mi vida. El me ha hecho crecer, me ha hecho la vida diferente, me ha hecho trabajar por lo que veo en él. Él tiene ganas de vivir. Tiene muchas ganas de salir adelante, le gusta salir, le gusta el agua, le gusta la música, le gusta la convivencia familiar, le gusta ir a la escuela. Entonces, eso me hace crecer”.
Tras recibirlo los fines de semana y cuidarlo en su proceso de tres cirugías, la familia decidió adoptarlo, por lo que hoy, después de años de espera, el DIF Guadalajara se los entregó.
Contento y agradecido, don José y su familia sostienen que Pío es una bendición. (Por Gricelda Torres Zambrano)