La desaparición de personas deja un fuerte impacto en las familias, pero particularmente en los niños, quienes deben ser vistos y atendidos por el Estado ante su grado de vulnerabilidad, advierte la fundadora y coordinadora del colectivo Fundej, Guadalupe Aguilar.
“Los niños de los desaparecidos es un grave problema porque se los dejan a las abuelas, porque muchas mamás tienen que salir a trabajar porque el sostén es el desaparecido. Los niños quedan ahí nada más, la abuela ya no tiene fuerzas y con el dolor encima, menos tienes fuerzas de cuidar a los chamacos”.
La desaparición de personas destruye a las familias y deja solas a madres y esposas, pero también a niños a quienes hay que alimentar, educar y cuidar, alerta Guadalupe Aguilar, quien pone el dedo sobre la llaga en torno a un problema que aún es invisible a los ojos de la autoridad. (Por Gricelda Torres Zambrano)
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