El féretro del papa Francisco, fallecido a los 88 años, fue trasladado en una solemne procesión desde la capilla de Santa Marta hasta la Basílica de San Pedro, donde fue colocado frente al Altar de la Confesión.
Acompañado por cardenales, colaboradores cercanos y la Guardia Suiza, el cortejo avanzó por los emblemáticos espacios vaticanos antes de que los fieles pudieran rendirle homenaje.
El cardenal camarlengo Kevin Farrell dirigió una liturgia frente a la tumba de San Pedro, mientras miles de personas y medios de todo el mundo esperaban para dar su último adiós al pontífice.
