En un país con más de 103 mil personas desaparecidas, la localización de una fosa clandestina genera dolor y sentimientos encontrados entre las buscadoras, asegura Araceli Salcedo, madre fundadora del colectivo Familias por Nuestros Desaparecidos Orizaba-Córdova.
“Es algo que te aferras a una esperanza de decir hoy es mi día, hoy va a ser mi día, hoy voy a saber de ti o mis compañeros van a saber de sus hijos. Pero son sentimientos encontrados porque cuando tú picas y extraes la varilla y sabes que es una fosa positiva, lo primero que te viene a tu mente es que no sea Rubí, que no sean los hijos de los compañeros que están en ese momento ahí con nosotros porque sabemos perfectamente lo que vamos a encontrar. Las condiciones inhumanas de todo lo que estas personas pasaron para ser depositadas clandestinamente en estos lugares”.
El colectivo busca a alrededor de 360 desaparecidos en el Centro de Veracruz. (Por Gricelda Torres Zambrano)