A pocas semanas de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, la carrera entre Kamala Harris y Donald Trump sigue sin un claro ganador. Trump, fortalecido tras dos intentos de asesinato, continúa atacando a Harris, mientras ella busca atraer votantes con un enfoque centrista, combinando políticas de inmigración firme y mejoras económicas. Ambos están empatados en las encuestas, pero los resultados en los estados clave como Pensilvania y Arizona serán decisivos.
En medio de la creciente tensión, los centros de votación de los condados más disputados han incrementado sus medidas de seguridad. Trump ya ha insinuado un posible fraude electoral, mientras las autoridades se preparan para lo que podría ser otra elección prolongada y con un ambiente tenso, como ocurrió en 2020.