Con el argumento de que provoca riesgos a la salud y no hay ahorro real de energía, el presidente Andrés Manuel López Obrador envió al Congreso de la Unión la iniciativa para desaparecer el Horario de Verano.
El secretario de Salud, Jorge Alcocer, explicó.
“Cada vez más, los estudios muestran que las diferencias de tiempo entre el reloj social y el reloj biológico desafían la salud, la llegan a alterar, por lo que sí queremos mejorar nuestra salud no debemos luchar contra nuestro reloj biológico. Lo recomendable es volver al horario estándar, que es cuando la hora del reloj solar coincide con la hora del reloj social, el reloj de Dios”.
Y es que, agrega, los adultos necesitan de tres a siete días para adaptarse al cambio de horario, y los niños aún más tiempo; en tanto que las afectaciones físicas se manifiestan en somnolencia, irritabilidad, depresión y aumento de peso, entre otras. (Por Arturo García Caudillo)