La música de la Revolución Mexicana es un reflejo vibrante de los ideales, emociones y luchas de aquel periodo histórico (1910-1920). Este repertorio, compuesto principalmente por corridos, narraba los acontecimientos, hazañas y figuras de la revolución, funcionando como una forma de crónica popular. Los corridos, con su estilo narrativo, eran interpretados por trovadores y grupos locales que llevaban noticias y relatos de un lugar a otro en una época de limitada comunicación.
Entre los corridos más icónicos destacan “La Adelita”, “La Cucaracha” y “El Mayor de los Dorados,” que exaltaban figuras como Emiliano Zapata, Pancho Villa y los ideales de justicia y libertad. Estas canciones combinaban ritmos sencillos con letras poéticas que celebraban la valentía, denunciaban la opresión y expresaban el sufrimiento del pueblo.
La música de la Revolución Mexicana no solo fue un vehículo de expresión durante el conflicto, sino que trascendió en el tiempo como símbolo de identidad nacional, consolidándose como parte fundamental del patrimonio cultural mexicano.