Billie Holiday, nacida Eleanora Fagan el 7 de abril de 1915 en Filadelfia, Pensilvania, y fallecida el 17 de julio de 1959 en Nueva York, es una de las cantantes de jazz más influyentes y reconocidas de todos los tiempos. Conocida también como “Lady Day,” Holiday es célebre por su voz distintiva y su capacidad para transmitir profundas emociones a través de su música.
Holiday comenzó su carrera musical en la década de 1930, actuando en clubes de jazz en Harlem. Pronto fue descubierta y comenzó a grabar con algunos de los músicos de jazz más importantes de la época, como Benny Goodman y Lester Young, quien le dio su famoso apodo. Su estilo vocal único, caracterizado por un fraseo innovador y una emotividad cruda, redefinió la interpretación del jazz y el blues.
Entre sus canciones más emblemáticas se encuentran “Strange Fruit,” una poderosa y desgarradora protesta contra el linchamiento de afroamericanos, “God Bless the Child,” y “Lover Man.” Su habilidad para interpretar canciones con una profundidad emocional inigualable la hizo famosa, pero también enfrentó numerosas dificultades personales, incluyendo problemas con la adicción y enfrentamientos con la ley.
A pesar de sus desafíos personales, Holiday dejó un legado musical duradero. Su influencia se extiende más allá del jazz, impactando a generaciones de músicos y cantantes de diversos géneros. En 1973, fue incluida en el Salón de la Fama de los Grammy, y su vida y música han sido objeto de numerosos libros, películas y homenajes, consolidándola como una de las figuras más icónicas de la música del siglo XX.