El papa Francisco amaneció “estable” este martes horas después de sufrir su última recaída, cuando se cumplen 19 días de la hospitalización del jesuita argentino de 88 años.
Las primeras informaciones indican que el pontífice “se levantó y continuó su tratamiento” y cambió la mascarilla que le administra oxígeno por una cánula nasal de alto flujo.
Esta mañana la situación puede considerarse estable, pero con un cuadro clínico complejo, indicó la sede vaticana, al precisar que el papa, cuyo pronóstico es “reservado”, “aún no está fuera de peligro”.
