El mercado del café atraviesa un momento crítico: mientras Brasil enfrenta una caída en su producción por sequías y heladas, el consumo crece a niveles récord, especialmente en Estados Unidos, segundo mayor consumidor mundial.
La situación ha disparado los precios y ha puesto presión sobre productores en México, Colombia, Honduras y Guatemala, que enfrentan desde amenazas comerciales hasta enfermedades en los cultivos.
En México, la sequía ha golpeado regiones clave como Chiapas y Veracruz, y el posible regreso de aranceles de Trump añade incertidumbre.
Aun así, el café sigue siendo un motor económico regional, aunque con un futuro marcado por la volatilidad climática, la presión comercial y la urgencia de adaptación.
