El asesinato de Alexander “N”, de 9 años, y Gael Antonio “N”, de 12, junto con su padre, a manos de un grupo armado, movilizó a miles de ciudadanos de Culiacán. Vestidos de blanco y portando globos y veladoras, los manifestantes exigieron justicia y seguridad para sus familias.
La protesta derivó en actos violentos en el Palacio de Gobierno, donde destruyeron puertas de cristal y una pared del despacho del gobernador Rubén Rocha Moya.
Los manifestantes, incluidos padres de familia y maestros, reclamaron el fin de la impunidad y el retorno de la paz. “Con los niños no”, clamaron en repetidas ocasiones, criticando la ausencia de respuestas tanto del alcalde Juan de Dios Gámez Mendívil como del gobernador.
El secretario general de Gobierno, Feliciano Castro Meléndrez, aseguró que el diálogo estaba abierto, aunque los hechos violentos impidieron que se concretara una reunión con una comisión ciudadana.