Durante el pontificado del Papa Francisco, la Iglesia Católica sumó más de 135 millones de fieles, alcanzando mil 389 millones a nivel global, según datos de la Santa Sede.
El crecimiento fue notable en África y América, pese a que Francisco enfrentó temas controvertidos como el apoyo a divorciados y parejas del mismo sexo.
Expertos atribuyen este aumento a su impulso de la pastoral social, enfocada en llevar el mensaje cristiano a contextos de pobreza e injusticia, reforzando así la conexión de la Iglesia con las realidades humanas más urgentes.
