México alberga 221 especies de alacranes, pero solo algunas —principalmente del género Centruroides— representan un riesgo grave para la salud humana.
Estos se distinguen por su cola delgada, pinzas largas y aguijón en forma de media luna, y habitan en estados como Jalisco, Guerrero, Morelos y Durango.
Su picadura puede causar desde dolor local hasta taquicardia o muerte en casos extremos, especialmente en niños.
Ante una picadura, se recomienda lavar la zona, aplicar hielo, mantener la calma y acudir de inmediato a un centro de salud, donde el antiveneno es clave.
Autoridades promueven medidas preventivas como revisar calzado y mantener espacios limpios.
