El Gobierno mexicano ha intensificado su vigilancia sobre el contrabando de rifles Barrett calibre .50, armas de uso militar que han sido adoptadas por el crimen organizado por su capacidad para perforar blindajes pesados.
Un informe binacional, enviado a la Cámara de Diputados, revela que entre 2010 y 2023 fueron asegurados 831 rifles de este tipo, de los cuales 519 son fabricados por la compañía Barrett, firma a la que el gobierno mexicano responsabiliza de facilitar el tráfico ilegal de armas.
Todas los rifles decomisadas fueron importadas, principalmente desde armerías en Arizona y Texas.
En México no se produce armamento de esta categoría.
