El papa Francisco, de 88 años, visitó este Jueves Santo la cárcel romana de Regina Coeli, donde compartió la conmemoración de la Última Cena con unos 70 internos.
Fiel a la tradición que ha mantenido desde el inicio de su pontificado, el pontífice acudió al penal ubicado en el barrio de Trastevere, cerca del Vaticano.
El Papa optó por ausentarse de la misa Crismal en San Pedro, pero mantuvo este gesto de cercanía con los privados de libertad, reflejando su enfoque pastoral hacia los más marginados.
