El Gobierno de Jalisco descarta la existencia de hornos crematorios en el narcorrancho de Teuchitlán, aunque reconoce que el predio operaba como área de adiestramiento táctico y acondicionamiento físico por parte del crimen organizado.
Al reforzar los trabajos en el lugar, apoyados por colectivos de familiares de personas desaparecidas, se iniciaron las labores de excavación y el registro de indicios, como fragmentos óseos, prendas e indumentaria.
Como parte de las labores, en las que participan autoridades estatales y federales, se incorporaron drones multiespectrales y térmicos, así como georradares, entre otras herramientas.
