En la primera marcha del 8M bajo el gobierno de Claudia Sheinbaum, miles de mujeres tomaron las calles de la Ciudad de México para exigir una vida libre de violencia.
La movilización, con menor presencia policial que en años anteriores, estuvo marcada por consignas contra la administración actual y la impunidad en casos de violencia de género.
Algunas manifestantes derribaron vallas y se registraron enfrentamientos con la seguridad en el Zócalo.
A pesar de incidentes con gases irritantes, el gobierno capitalino reportó saldo blanco y una asistencia de 200 mil mujeres.
