El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, calificó los incendios forestales en Los Ángeles como los peores en la historia de California y anunció recursos federales adicionales para enfrentar la crisis.
Aunque los bomberos lograron avances gracias a vientos más calmados, las llamas siguen fuera de control.
La devastación es evidente en zonas como Pacific Palisades y Malibú, donde decenas de manzanas quedaron reducidas a escombros, afectando iglesias, escuelas, comercios y viviendas.
Las autoridades aún no han revelado el costo total de los daños ni el número exacto de estructuras afectadas.