Un hombre vendedor de dulces, a quien llamaremos “Juan”, es uno de los cientos que se encuentran privados de la libertad en el reclusorio preventivo de Puente Grande sin recibir aún sentencia condenatoria.
Estar en esa condición le permitió este lunes emitir su voto para presidente de México, como parte de la campaña del Instituto Nacional Electoral para salvaguardar los derechos político electorales de los no sentenciados.
“Más que nada que no falte el trabajo porque el trabajo es lo más importante para todas las familias que están afuera. Que no falte el trabajo porque el trabajo es la base de que la gente le eche ganas”.
Los internos entrevistados este lunes coincidieron, sin haberse puesto de acuerdo primero, que votarán por la candidata o candidato a la presidencia que fomente el empleo porque no tener trabajo influyó para que ellos cometieran un delito. (Por José Luis Escamilla)