Tras la muerte de dos personas, quienes quedaron atrapadas en las boyas que el gobierno de Texas instaló en el Río Bravo, el presidente Andrés Manuel López Obrador, calificó al gobernador texano, Gregg Abott, de inmoral e inhumano.
“Ellos actúan de manera inhumana y en forma inmoral. Yo creo que en sus iglesias los van a cuestionar sus pastores evangélicos, los sacerdotes católicos, sus hermanos de religión, porque además de que están actuando como malos gobernantes y malos ciudadanos, están actuando también como malos cristianos. Pero yo creo que la gente se da cuenta de que son actos contrarios a la fraternidad, al amor, al prójimo. Y eso es lo que cuenta más, porque ni modo que los vayan a juzgar legalmente”.
Y aseguró que no se puede debatir con gente que no tiene conocimiento de la condición humana ni sabe del por qué de la migración. (Por Arturo García Caudillo)