A año y medio del derrame de combustible que dañó la zona conocida como Los Chorros de Tala, un informe elaborado por la Comisión Estatal de Derechos Humanos reconoce que ninguna autoridad sabe aún dónde se originó la fuga de hidrocarburos que contaminó sus aguas.
El documento señala que a pesar de realizar inspecciones, la fuga no se detectó de una instalación de Pemex o de alguna empresa cercana.
Se explica que pese a no contar con permiso, el ejido de Tala reabrió el balneario argumentando que no había respuesta de ninguna dependencia sobre el incidente. La Conagua señaló que ya no había riesgos y se redujo la cantidad de contaminantes filtrados al agua.
Se menciona además que los ejidatarios mantienen vigentes amparos porque demandan compensaciones por los daños al ecosistema y que además nunca se dio compensación o indemnización a los ejidatarios por el paso de ductos de combustible por sus propiedades. (Por Héctor Escamilla Ramírez)