El gobierno de El Salvador exige la renuncia y cárcel a los responsables de las políticas migratorias de México, tras la muerte de siete salvadoreños en el incendio de la estación de Ciudad Juárez, Chihuahua, cuyos cuerpos llegaron a ese país.
Y es que a dos semanas de la tragedia, este fin de semana comenzó la repatriación de los cuerpos de los migrantes fallecidos en el siniestro.
El 27 de marzo un incendio en el centro del Instituto Nacional de Migración, a cargo de Francisco Garduño, mató a 40 migrantes, entre ellos seis hondureños, siete salvadoreños, 18 guatemaltecos, siete venezolanos y un colombiano, incidente que el gobierno salvadoreño califica de “crimen de Estado”.