La acusación contra la empresa de seguridad que estaba encargada de cuidar las instalaciones del Instituto Nacional de Migración en Ciudad Juárez, sólo confirma el irregular funcionamiento de la estación migratoria en la que murieron 39 migrantes, asegura el senador perredista Juan Manuel Fócil.
“Esto está muy mal, está muy raro. Aquí hay corrupción, aquí hay tráfico de influencias. Espero que salga y que no quede nada más en que ya hay orden de detención contra cinco guardias, eso no es posible. Aquí hay gato encerrado”.
Por ello, añade, era urgente y necesario que no sólo el titular del INM, Francisco Garduño, sino también los secretarios de Gobernación, Adán Augusto López y el de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, rindieran cuentas. Y sin embargo, los senadores de Morena evitaron que dos de sus tres corcholatas comparecieran. Ello hace a los senadores del Partido en el Poder y sus aliados, cómplices de un asesinato colectivo, de un crimen de Estado. (Por Arturo García Caudillo)