Cambiarle el nombre a la ciudad para que se llame Guadalajara de Alcalde como propone el regidor tapatío, Luis Cisneros, tendría implicaciones de procedimientos, jurídicos y sociales, advierte el catedrático de la UdeG y especialista en administración pública, Enrique Rodríguez.
“Esto tendría que pasar al Congreso del Estado para que sea ratificado y surtan los efectos correspondientes porque implicaría modificar en principio la Ley de Gobierno Administración Pública Municipal, entre otras normativas estatales más y, con esta aprobación implicaría que luego Guadalajara tuviera que modificar todos sus reglamentos y demás trámites administrativos para que pueda tener todo homologado con este nuevo concepto, con este nombre que le quieren desarrollar. Esto en materia de procedimientos”.
Si se modifica el cambio de nombre, se tendría que notificar a todas las dependencias federales, estatales y municipales para la actualización en materia de trámites. (Por Gricelda Torres Zambrano)