Su delito fue abortar involuntariamente luego de haber recibido una golpiza de su esposo. De alguna manera, las autoridades judiciales del Estado de México la encontraron culpable y la sentenciaron a 45 años de cárcel. Ella, al igual que cientos de indígenas, permanecen en la cárcel sin ser culpables de delito. Escucha el trabajo completo.