La prohibición del Ayuntamiento de Guadalajara de música en vivo y bocinas en los cinco cementerios municipales, no impidió que este miércoles 2 de noviembre, un grupo de mujeres cantara mientras montaba sobre la tumba un altar para sus familiares, miembros de la Rondalla Tapatía, explica María Guadalupe Rodríguez.
“Tanto José Guadalupe como Jesús Rodríguez fueron miembros de la Rondalla Tapatía, y por eso que nosotros siempre, aunque sea chiquita dijimos la vamos a meter a escondidas la bocina. Siempre les ponemos música. Siempre pues la música la llevamos sus hijos en la sangre”.
Las mujeres colocaban un tendedero de papel picado y flores sobre la tumba, al tiempo que interpretaban “La vida no vale nada” de José Alfredo Jiménez.
Justo en ese momento, pasaba el alcalde de Guadalajaram Pablo Lemus, en el arranque de su recorrido por el panteón de Mezquitán. (Por Gricelda Torres Zambrano)