No a todos los tapatíos les pega por igual el alza en el precio de la tortilla.
A Teresa Barrón por ejemplo, una mujer de 63 años edad, que todos los días teje para vender en el Centro de Guadalajara, le implica garantizar la venta de un par de zapatos para niño de apenas 30 pesos.
“Lo que es diario diario, diario son las tortillas y los frijoles, oiga. Pa’l pobre pues porque pa’l que tiene pues come de lo mejor, ¿no cree?, pero uno, siempre hay que comer de lo que nos alcanza el salario y más los pobres, oiga -¿Usted come las tres veces al día, está garantizado su alimento?- No, nomás doy dos, en la mañana y en la noche, oiga, porque al mediodía si me pongo y como, la comida está súper cara”.
La venta de artículos tejidos es el único ingreso de Teresa porque para recibir pensión federal le faltan dos años y por discapacidad no se la quisieron dar pese a no ver de un ojo.
Cuando mejor le va gana al día 120 pesos, pero por lo general son 30 de los zapatos de niño.
Compra medio kilo de tortilla y casi se le va la mitad de su ingreso de una jornada que empieza a las 7:00 de la mañana. (Por Gricelda Torres Zambrano)