Hoy en el primer día de clases pudo haber faltado el lonche, los zapatos limpios o los cuadernos, pero no los cubrebocas.
Hubo padres de familia que enviaron a sus hijos hasta con 15 cubrebocas de repuesto.
“Son los siete que trae en su mochila nuevos y aparte nos pidieron otra bolsita con 15 sellados también para ellos, con su nombre nomás, por si se le acaban los de la mochila tiene en la escuela más”.
No obstante, fue curioso observar que no existe uniformidad en los cubrebocas, por lo menos de los niños en la escuela, pues se vieron desde los KN-95 hasta los decorativos, de maripositas, perritos o el Hombre Araña, pero poco efectivos. (Por José Luis Jiménez Castro)