Hay quienes no cantan, pero inspiran al grito eufórico que raya en cántico. El Santo, el luchador, quien fue ídolo del pancracio, seguramente no cantaba ni en la regadera, pero como fenómeno generó toda una cultura popular más allá de las cuerdas. El 5 de febrero de 1984, a los 66 años, “El enmascarado de Plata” dejó de pelear en el cuadrilátero de la vida.